….preguntas y más preguntas bombardeaban mi cabeza para obtener las respuestas de mi querida y obsesiva vergüenza…
….. le preguntaba cómo vestirme para que no pareciera que me arreglaba para gustar a los demás y no a mi misma…. Y aprendí muchas cosas, porque la vergüenza también enseña sabéis, aprendí a desnudarme ante ella….y me enseño a no estar del todo a gusto con mi cuerpo y a no acostumbrarme a enseñarme sin miedo…..
Tambien aprendí a conversar con la vergüenza, le consultaba antes de abrir la boca, no fuera a decir y soltar sin filtro todo aquello que se me pasaba por la cabeza y se enterara todo el mundo de cómo pensaba sobre cualquier tema….
Y dejé de bailar como sentía la música….dejé de reír a carcajada limpia, de preguntar lo que no entendía ….dejé de opinar lo que pensaba,…de compartir lo que sentía …dejé de pedir ayuda, de ponerme faldas,….de ir a la playa, de comer o llorar en la calle…. deje de ir sin sujetador, de pintarme, de salir sin pintar, de bajar a la calle despeinada, de usar esa ropa que dicen que no me pegaba nada, dejé de llamar a quien echaba de menos…. de tomar la iniciativa, de decir que no, de decir que sí…..deje de quejarme, de vanagloriarme, de estar orgullosa de mi misma, de admitir que estaba asustada…..
Y, a base de sentirme cada día más avergonzada, entendí que mi vergüenza nunca iba a sentirse saciada….. Era una devoradora de vida…. La vergüenza estaba acabando conmigo, me había robado la palabra, me había escondido del mundo…..
Así que busqué a mi sinvergüenza interna, esa que hiberna cada estación, cada primavera, cada verano…. Y le costó salir un poco, le daba tanta vergüenza también …… Pero acabó sacándome a bailar, haciéndome dúo al cantar, saliendo conmigo a la calle con la cara sin lavar, animándome a hablar, a ignorar las cosas que me deberían avergonzar…
Y ahora no tengo tiempo para sentir vergüenza…..dejé la vergüenza y sus monólogos en otra dimensión….y con mucho respeto por la vida y todos sus capítulos empecé a vivirlos tomando siempre la palabra, escribiendo cada renglón sin vergüenza pero con el pudor de saber que la vida y sus días han de soplar siempre a favor de nuestra integridad y diseñando nuestros deseos con libertad y seguridad….y desde entonces, dejé mi lado tímido y ocupé mi día a día viviendo sin vergüenza…
Coco Bari ©©®
Me encanta.