En Villavilla de Arriba hay elecciones.
Se presentan cinco partidos y se reparten 20 concejales.
El partido más votado consigue 6, el segundo 5, el tercero 4, el cuarto 3 y el quinto 2.
El partido más votado es el de Don Venancio, el cacique local, que es apoyado por los vecinos que le votan y odiado por todos los demás. Suma un 30 % de los votos.
Tiene en contra al 70% de la población.
Y, naturalmente, defiende que gobierne la lista más votada.
Y a eso le llama democracia.
Pero, en realidad,
¿Representa la voluntad de la mayoría de los electores?
Por el contrario, el segundo, tercero, cuarto y quinto, se ponen de acuerdo para elegir alcalde al segundo, o al tercero.
¿Representa este alcalde a la voluntad de la mayoría de la población.
Si
¿Por qué?
Porque en un sistema de representación parlamentaria, los ciudadanos han dado su voto a sus concejales para que, si pueden gobernar, gobiernen y si no pueden, elijan el más afín a sus intereses.
Así que, ese segundo, tercero, cuarto o quinto, están decidiendo en nombre de sus electores. Y, todos juntos, representan al 70 por ciento del censo electoral.
Y esto, ¿cómo se sabe?
Porque son las reglas del sistema electoral, incorporadas en el ordenamiento jurídico y aceptadas por todos los concurrentes, antes del proceso.
Es como en un partido de fútbol, el reglamento. Se conoce antes de salir al campo.
A ver si alguien se lo explica, en modo barrio Sésamo, al Sr Feijoo y ya de paso alguno también se entera.
A estas alturas todavía con clases al que se supone quiere gobernar, surrealista….
Coco Bari ©©®