Por Gervasio Portilla
El “tinglado” económico y de intereses, que se ha generado en alrededor de la pandemia de COVID-19 será realmente asfixiante a la hora de salir del circulo vicioso generado en torno a la medidas tomadas.
Evidentemente, no se trata de negar la pandemia, sus consecuencias de todo tipo, principalmente la pérdida de vidas humanas y otras derivadas; sólo se trata de denunciar que en torno a está pandemia, se han generado intereses tan fuertes, que hacen imposible que al menos mediáticamente se acabe con ella, aunque a nivel real pudiera ser así en un futuro.
El poder conseguido por las farmacéuticas y su penetración en las instituciones internacionales, con intereses de todo tipo, por otro todo el sistema de control y alerta de la pandemia, también ha generado importantes aumentos en salarios en muchos grupos a nivel internacional, los fondos de inversión con participación en las farmacéuticas y también en grandes medios de comunicación, empresas que fabrican mascarillas y test para detectar síntomas y así sucesivamente.
Se ha creado una masa critica de intereses, que es una madeja muy difícil de deshacer.
Mientras, la población es sometida continuamente a mensajes contradictorios y en demasiados casos poco científicos y se sigue en un peligroso proceso de coartar libertades y derechos que hace dos años nadie hubiera discutido.
Por lo tanto, la salida a esta grave crisis, sanitaria, política y de intereses puede sustanciarse en la capacidad de defensa de los ciudadanos de sus propios derechos y la exigencia de asunción de responsabilidades de los gobernantes a todos los niveles, lo contrario, será el fin real que no formal de las democracias, avanzando hacia regímenes de carácter totalitario, no de forma aparente pero si real.