Por Marcelino Pérez.
Hace unas décadas, cuando la política no invadía el ámbito de las finanzas, Cantabria tenía una entidad financiera de excelencia: La Caja de Ahorros de Santander y Cantabria. Regida por profesionales competía incluso con el Banco Santander, cuando éste era ya uno de los bancos más sólidos y grandes de Europa.
Caja Cantabria volcaba sus beneficios en obras sociales. Desde una pista polideportiva en un pueblo hasta la gran residencia de mayores en Cazoña. Además, mediante una buena gestión, prestaba dinero a miles de cántabros para adquirir una vivienda o ampliar o poner en marcha un negocio.
Con el inicio de la implantación de las autonomías la Caja inicio un proceso que culmino con que los tres partidos políticos (PP, PSOE y PRC) se repartían los asientos en el consejo de administración y los cargos importantes. La penetración de la política en la entidad de ahorro produjo operaciones que terminaron en impagados, compras -como el seminario de Comillas- a fondo perdido y una sucesión de directores que quebraron el buen rumbo de la entidad. Finalmente Caja Cantabria, como tantas otras cajas similares, terminó en una fusión para dar paso a Liberbank, un banco que ya no dependía de Cantabria, sino de Asturias.
En el siguiente paso Liberbank se fusionó con Unicaja-una serie de cajas principalmente andaluzas- con lo que el capital de la antigua Caja Cantabria pasó a ser poco menos que irrelevante. Ahora Unicaja ha liquidado internamente los restos de Liberbank y del capital de Caja Cantabria apenas queda algo.
En estas últimas semanas se ha dado el golpe de gracia a los restos de Caja Cantabria. Unicaja ha dado por cerrada su crisis de poder. El consejo de administración ha ratificado a Isidro Rubiales como consejero delegado con todas las funciones ejecutivas, para sustituir a Manuel Menéndez, el último punto de conexión entra la Caja y el nuevo banco.
En el presente la dirección del banco producto de la fusión Liberbank y Unicaja se ubica en Málaga y el peso de la entidad se centra en el Sur de España. La Fundación de Caja Cantabria, propietaria de la anterior Caja de Ahorros, tiene un peso mínimo en la nueva entidad y las oficinas de Liberbank decrecen en nuestra tierra.
Cantabria ha perdido una entidad financiera propia y apenas recibe algunos euros de los dividendos del nuevo Unicaja Banco.
