Por Luis Mayo
El Partido Popular de Cantabria inicia una travesía arriesgada hasta el 23 de julio, fecha en la que se los españoles estamos llamados a las urnas. El objetico del PP es buscar un perfil indefinido respeto a su alianza con Vox, para evitar que la izquierda utilice ese pasto de gobierno como elemento de combate en la campaña electoral de las elecciones generales.
La maniobra del PRC y el PSOE para intentar colocar a Javier López Marcano como presidente del Parlamento cántabro demuestra la fragilidad de esa utopía popular de gobernar en solitario.
M. J. Sáez de Buruaga (habrá que buscar una forma más sencilla de nombrar a la futura presidenta de Cantabria) ya es consciente de que o pacta con VOX un acuerdo sólido para los cuatro años de legislatura o estará constantemente pactando con el PRC o con VOX en una espiral que muy pronto impedirá que se consoliden sus proyectos.
La hoja de ruta del PP es pasar de puntillas hasta le fecha del 23 de julio, sin que públicamente se oficialice su pacto con VOX. El rescate de VOX al PP en la celada instrumentada por PRC y PSOE ha sido un claro aviso, sobre todo porque el PRC no ha incumplido su acuerdo que se limitaba a abstenerse en la elección de MJSB como presidenta del gobierno, pero que no se refería a nada más, y que el PRC mantiene su libertad de votos en todas las demás materias.
Los contactos entre el PP y VOX son permanentes. Incluso el apoyo de VOX para evitar que Marcano llegara a la presidencia del parlamento estaba acordado de antemano, ante la posibilidad de que socialistas y regionalistas se unieran, como sucedió.
El PP tiene por delante un mes complicado en el que deberá formar gobierno, hacer campaña por las generales y evitar, en lo posible, un estrecho acercamiento a VOX.
Lo que si parece claro es que en agosto o septiembre el PP y VOX llegarán a un acuerdo de legislatura, posiblemente sin que -por el momento- VOX coloque a ningún militante en el nuevo ejecutivo regional, pero si con un acuerdo programático.
Este equilibrio, pedido por la dirección nacional que teme “contaminarse” con VOX, es arriesgado y puede entorpecer el futuro acuerdo para un gobierno estable en Cantabria.
