El mismo día que los padres de los cuatro jóvenes que perdieron su vida en el Puerto de Lunada, achacaban como concausa del accidente, o causa principal “la ausencia de quitamiedos” en referido tramo (lo que es inaudito), leíamos en el medio “oficialista” que la empresa RUCECAN era la adjudicataria, y por tanto encargada de demoler una nave de 1000 metros en Monte (Santander).
Sin duda España, y en este caso Cantabria, es la cuna del esperpento (lo grotesco, estrafalario) pues la empresa RUCECAN está especialmente vinculada en el caso “carreteras” (directamente relacionado con tal luctuoso hecho), y uno de los mayores escándalos de Revilla, consistente en el amaño de contratos públicos por el Jefe de Servicio (funcionario regional) de Carreteras prácticamente a dedo a dos empresas, RUCECAN (alguien la vincula al PRC) y La Encina.
Pues bien, mientras se repartían obscenas mordidas, a este presunto delincuente y e todo caso “amoral” M.A. Diez, que exigía jamones de jabugo, y encuentros con los corruptores en restaurantes Michelin (Celler Can Roca, etc), como escenario de sus fechorías, vemos que el dinero de los contribuyentes acaba en los bolsillos de los citados (corruptores y corrompidos) cuando la situación real de las carreteras de la comunidad – y estatal- es totalmente precaria: parcheados, asfalto de baja calidad, con capas inferiores a las que exige el clima y el uso, o no poniendo quitamiedos lo que ha truncado la vida, el futuro, de cuatro jóvenes madrileños y familias destrozas.
Pero Revilla se encargó de exigir a BURUAGA que no investigara este delito, totalmente obsceno, como los hechos vienen a evidenciar, ni exigir responsabilidades jurídicas y políticas que deberían ser graves, a cambio de dejarla presidir (que no gobernar) la Comunidad Autónoma).
Revilla, que de tonto solo tiene la cara (dura), era consciente que con el tema carreteras “había caso” y podía y debía salpicarle, pero el drama es que Buruaga ha entrado al trapo y ha mirado para otro lado. La Justicia no va a resolver este asunto, como es habitual en Cantabria con los temas jurídicos “cuasipolíticos”, pero los ciudadanos ya emitieron su veredicto: “el caso de corrupción carreteras” censuró y aparto a Revilla” en las últimas elecciones, pero el PP al aceptar el chantaje de Revilla tiene una “deuda moral” con la ciudadanía de Cantabria.
Me parece lamentable que en este escenario y con cuatro cadáveres encima de la mesa, el protagonista político y las portadas de Cantabria lo constituya el LOBO (hoy era portada en el DM) cuando seguimos a la cola de España y de Europa en todos los indicadores económicos.
