El proyecto de la Ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans (ley trans) ha vuelto a reabrir la polémica dentro del Gobierno entre los dos partidos que lo conforman PSOE-U.Podemos, generando un auténtico terremoto político ya que prevé permitir el cambio de sexo sin necesidad de pruebas médicas o psicológicas con el único requisito para el cambio será la «declaración expresa» de la persona en el Registro Civil.
Desde el bando socialista han mostrado sus reservas sobre el borrador que ha diseñado el Ministerio de Igualdad de Irene Montero que esperaba aprobarlo en Consejo de Ministros la primera quincena de este mes de febrero.
La parte del PSOE del Gobierno que encabeza la vicepresidenta Carmen Calvo. señalan que la negociación acaba de comenzar, con posturas diferentes por parte de ambos socios del Gobierno, sobre el «primer borrador» de que ha presentado Igualdad, y que según los socialista, solo recoge «las posiciones de Unidas Podemos» y no lo que proponen ellos.
Pero la parte del Ministerio que dirige Irene Montero ha insistido que los anteproyectos de leyes trans y de igualdad LGTBI se van a aprobar en el Consejo de Ministros antes del 15 de este mes ya que esperan que la negociación termine en acuerdo en pocos días, porque solo hay que limar matices, no diferencias sustanciales.
Entre otras cosas el borrador de esta Ley aboga porque cualquier persona pueda cambiar su nombre y sexo en el registro civil solo con una declaración expresa del interesado a partir de los 16 años, sin necesidad de pasar pruebas médicas o psicológicas.
Otro de los aspectos polémicos es que con 16 años se podrán tomar decisiones sobre tratamientos hormonales y así como el reconocimiento de las identidades no binarias, que son aquellos que no se sienten ni hombres ni mujeres, y la posibilidad de eliminar la mención al sexo en los documentos oficiales si así se expresa en el momento de emitirlo.
Desde algunos colectivos feministas señalan que «si el sexo legal desaparece, desaparecen también los derechos de las mujeres frente al machismo». Un hecho que respalda el PSOE ya que defiende que el sexo es un hecho biológico insoslayable que determina las condiciones de las mujeres, mientras que el género es una construcción social.
La polémica dentro y fuera del Gobierno está servida generando un serio cisma incluso dentro de los propios colectivos feministas que no compartes los términos de esta futura Ley que seguro va a traer de nuevo un serio enfrentamiento dentro del Ejecutivo nacional.