Autentica situación de tensión la vivida en Ceuta con la llegada del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y del ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, con motivo de la crisis que se está viviendo desde esta madrugada con la entrada de forma ilegal de más de 8.000 inmigrantes por la Playa del Tarajal, donde un grupo de manifestante les ha recibido con abucheos, insultos y patadas en los coches oficiales.

El presidente del Gobierno visitó esta tarde las ciudades de Ceuta y Melilla en un viaje que ha servido para defender «la integridad territorial de España» según el propio Sánchez, en un momento de crisis migratoria y diplomática provocada por la entrada ilegal en Ceuta de miles de migrantes desde suelo marroquí.

Pedro Sánchez, dijo antes de partir a Ceuta y Melilla que «a todos los españoles, especialmente a quienes viven en Ceuta y Melilla» que el Gobierno restablecerá «el orden con la máxima celeridad» asegurando que desde el Gobierno español «seremos firmes ante cualquier desafío, ante cualquier eventualidad y bajo cualquier circunstancia».

Ni Sánchez, ni Marlaska han querido valorar si esta situación se ha producido por las «consecuencias» de las que advirtió Marruecos por la llegada a España en secreto y con identidad falsa del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, que vino a tratarse de una enfermedad a nuestro país traído por las autoridades españolas.

RABAT LLAMA CONSULTAS A SU EMBAJADORA

El Gobierno de Marruecos ha llamado a consultas este martes a su embajadora en Madrid, Karima Benyaich, lo que supone un paso más en la crisis diplomática abierta entre los dos países tras la acogida por parte del Gobierno de Pedro Sánchez, del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali.

Horas antes, la embajadora marroquí había sido convocada al Ministerio de Asuntos Exteriores español, por la ministra de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, Arancha González Laya, que le ha trasladado el «disgusto» y el «rechazo» del Gobierno por lo ocurrido desde esta madrugada en Ceuta, así como el deseo de «mirar al futuro y evitar que actos como estos puedan volver a repetirse».

La embajadora, por su parte ha dicho que en las relaciones entre países hay actos que tienen consecuencias «y se tienen que asumir», insistiendo en que hay «actitudes que no se pueden aceptar» en relación a la acogida del líder del Frente Polisario, porque as relaciones entre países vecinos y amigos se tienen que basar en «la confianza mutua, que se tiene que trabajar y nutrir» ha matizado.