El Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha tocado la «corneta» a la plana mayor del PSOE con el fin de que salgan a defender el posible y casi seguro indulto que quiere dar a los presos del «procés» que ha generado una gran polémica en su contra incluso dentro de su propio partido.
Sánchez, se está viendo en una situación muy complicada con la decisión de querer dar el indulto a los 12 presos del «procés», con críticas incluso dentro de su propio partido de personas tan relevantes con el expresidente del Gobierno, Felipe González, del ex-vicepresidente Alfonso Guerra, o cargos actuales como el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Páge, que se han mostrado contrarios a la medida.
El Presidente del Gobierno, intenta frenar el enorme desgaste que va a producir la medida, cuyo único objetivo es mantener a su favor los 13 votos favorables que ERC tiene en el Parlamento español y que son fundamentales para que el actual Ejecutivo pueda sacar adelante su programa social-comunista durante los dos años y medio que quedan de legislatura.
Durante estos días hemos visto como tanto su jefe de gabinete, Iván Redondo que habla de «liderazgo valiente», el ministro de Transportes, José Luis Ávalos o el ministro de Justica, Juan Carlos Campo, han salido en defensa del indulto, al igual que el presidente valenciano Ximo Puig o el alcalde de Valladolid, Oscar Puente, también lo han hecho.
Pero a Sánchez, no le basta con esto y más teniendo en cuenta la manifestación que se preparado en la que estarán presentes los partidos de oposición tanto PP, VOX y Ciudadanos, que puede ser un duro golpe a su propuesta, por eso ha movilizado al aparato del PSOE al completo.
Así estamos viendo como personajes de segunda fila están apareciendo en los medios defendiendo la idea del indulto, como el portavoz del PSOE en el Senado, Ander Gil, ha reivindicado este sábado los indultos a los líderes del ‘procés’ como un elemento para «curar heridas», arremetiendo contra las «estrategias del pasado» del Partido Popular y pide acometer un «rumbo distinto» a través de la política para «curar heridas» en Cataluña y poner encima de la mesa «una alternativa», según el.
Se trata de vestir la «mona» del indulto de manera que aparezca todo lo contrario a lo que realmente es, con el fin de generar una opinión distinta en los ciudadanos engañándoles con una palabrería y un mensaje escaso de argumentos, que a esta alturas parece bastante complicado que pueda llevarse a cabo.