Está claro que Pedro Sánchez está dispuesto a contentar a los independentistas catalanes y en especial a Carles Puigdemont, por su necesarios votos para investirle Presidente, y para ello ha propuesto al Parlamento Europeo que España pague el costo de poder hablar catalán, el gallego y el Eukera, en el hemiciclo europeo, una de las exigencias de Junts para votarle.
Lo cierto es que para poder llevarse a cabo se necesita la unanimidad de todos los país y Suecia es uno de esos países que no es favorable ha esa medida por su coste y porque piensa que sería un impedimento para el funcionamiento de la Unión Europea, modificar el Reglamento número 1, en el que se recogen cuáles son los idiomas oficiales.
El Gobierno en funciones de Sánchez ejerce este segundo semestre la presidencia de turno del Consejo de la UE, y por ello introdujo en la agenda de los ministros europeos el martes un intercambio de opiniones para modificar el reglamento sobre lenguas oficiales, con la intención de que el asunto fuera sometido ese mismo día a la votación del bloque, aunque los ministros no ven que sea un asunto de urgencia para tratar.
Además piensan que admitir estas lenguas supondría abrir la posibilidad que otros Estados miembro que se abriera la puerta a lenguas regionales de sus países. De momento, ningún Estado miembro se ha mostrado en contra de la propuesta española y algunos se han mostrado receptivos desde el primer momento, aunque la decisión debe tener el apoyo unánime y son varios los que piden estudiar con más cautela este asunto.