El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, reunía de urgencia a su «Guardia Pretoriana» en Moncloa, pasadas las once de la noche, tras conocerse a última hora de tarde el informe de la UCO que implica directamente a su número tres en el PSOE, Santos Cerdán, en amaños de obra pública o cobro de mordidas, para pedirles «unidad en el mensaje».
Llevaban semanas negando que Cerdán tuviera ningún tipo de implicación en estas mordidas, incluso este miércoles en la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados, el propio número tres del PSOE, negaba que tuviera nada que esconder en este sentido, que llevó a que la dirección de comunicación del partido, liderada por Ion Antolín, mandar una nota apoyando a Cerdán, minutos después de las noticias de La Ser y eldiario.es, algo que anoche reprochó el propio Sánchez a su partido.
La propia la vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero, le reconocía anoche a una periodista de la Cadena Ser, que estaban perdidos en este asunto, en audio que en directo se les colaba en el programa «Hora 25».
Este miércoles el Tribunal Supremo llevaba a cabo en casa de Ábalos y en las constructoras implicadas en los amaños tras leer el informe de la UCO que analiza los dispositivos de Koldo donde se han encontrado las grabaciones de los audios que implican a Cerdán donde se lamenta que cuatro constructoras deben dinero.
En el auto del juez del Supremo se señala que el informe de la UCO indica «que José Luis Ábalos pudiera haber participado, puesto de acuerdo con terceros y desde su condición de titular del Ministerio de Transportes, en la adjudicación de determinadas obras en favor de concretas empresas a cambio de un precio o compensación económica».
El auto señala que la investigación se centra en «la posible comisión de sendos delitos de cohecho y pertenencia a organización criminal». Las pesquisas apuntan a los investigados José Luis Ábalos, Koldo García y Víctor de Aldama. No obstante, Cerdán podría ser el próximo, que al estar aforado el juez tiene que tramitar el suplicatorio ante el Congreso de los Diputados.
La UCO, en su informe, dibuja una estructura piramidal donde Santos Cerdán ocuparía el vértice superior como cerebro de una red de influencias que se extendía desde las más altas esferas del PSOE, hasta las empresas constructoras beneficiarias ubicadas en Valencia, Pamplona y San Sebastián.