El presidente en funciones, Pedro Sánchez, sigue sin poder poner orden en su Gobierno, tras la carta enviada por la embajada de Israel, donde le pedían que cesaran las declaraciones de su ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, la podemita, Ione Belarra, que ha empleado frases como «voluntad de exterminio», «potencia ocupante», «genocidio planificado», contra el estado israelí que ha provocado este choque diplomático, llegando incluso a decir que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, fuera llevado «ante la Corte Penal Internacional acusado de cometer un crimen de guerra en Gaza».
Una Belarra que insiste en decir que habla en nombre del Ejecutivo de Pedro Sánchez, en un momento delicado para el Presidente en funciones español, que además preside la Unión Europea, donde debe tener mucho cuidado con sus manifestaciones por su representatividad.
Ante esto Sánchez, comparecía este martes, a última hora de la tarde para intentar calmar las aguas con Israel, en una declaración sin preguntas al término de la reunión extraordinaria de líderes europeos sobre la situación en Oriente Próximo indicando la «condena rotunda de los horribles atentados terroristas» levados a cabo por Hamás y «el reconocimiento del derecho de Israel a defenderse en el estricto respeto al Derecho Internacional y en particular al Derecho Internacional Humanitario».
Además confirmaba el secuestro del ciudadano español Iván Illarramendi se encuentra secuestrado por el grupo terrorista Hamás y por ello exige «la liberación inmediata, sin condiciones de todos los rehenes, incluido nuestro compatriota Iván Illarramendi».
Por último, Sánchez ha indicado que los miembro de la Unión Europea piden que «Israel debe garantizar en todo momento el acceso de la ayuda humanitaria a Gaza y la protección de la población civil» y ha anunciado que al primer paquete de un millón de euros para ayuda humanitaria anunciado la semana pasada, el Gobierno español añadirá otros cuatro millones de euros adicionales de aquí a final de año.