Tras conocerse la resolución del Tribunal de Arbitraje del Deporte (TAD), que ha calificado como «falta grave» el beso de Luis Rubiales a Jennifer Hermoso, que no permite al Consejo Superior de Deportes (CSD) inhabilitarle, este ha señalado al Gobierno de Sánchez, indicando que «presionan en mi contra» y no «garantizan la separación de poderes».
El TAD ha considerado que lo que hizo con Jenni Hermoso en la entrega de medallas del Mundial femenino (el polémico beso) es «falta de decoro», pero no abuso de autoridad, por lo que su falta es «grave» y no «muy grave» como pretendía el Gobierno ya que de esa manera podría haberlo inhabilitado.
Rubiales, en un comunicado, ha indicado que le «preocupa» que «se empeñen en tomar parte y presionar en mi contra, en lugar de dejar que la justicia actúe con todas las garantías, manteniéndose al margen».
«Durante todo este periodo he sufrido un linchamiento político y mediático sin precedentes del que me he mantenido totalmente al margen» y añade que «voy a seguir defendiéndome para demostrar la verdad», señala Rubiales, que siempre ha estado protegido por Sánchez a pesar de los casos que se han ido conociendo de presunta corrupción del Presidente de la RFEF, ahora inhabilitado por 90 días por la FIFA.
En su comunicado, Rubiales dice querer «lanzar un mensaje a todas las personas de bien de nuestro país y más allá de nuestras fronteras, incluidas aquellas mujeres que hayan sido agredidas realmente y que tienen todo mi apoyo y compresión: esto no va de géneros, va de verdad», por lo que celebra el fallo del TAD, que solo inicia un procedimiento para sancionarle por dos infracciones contra el decoro lo que supone un triunfo para él a nivel jurídico, ya que a diferencia del Gobierno, el tribunal no ve abuso de autoridad como pretendían.
Además, no cambia para nada su relato de los hechos porque «la espontaneidad y felicidad del histórico momento nos llevó a realizar un acto mutuo y consentido, producto del gran entusiasmo. En ningún momento hubo agresión alguna, es más, tan siquiera hubo la más mínima incomodidad, sino un júbilo desbordante en ambos», señala Rubiales.