La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha hecho una defensa contundente del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y de su directora, Paz Esteban, y lo ha hecho delante de los representantes políticos en el Congreso de los Diputados, dejando claro que «saben que no me corto ni utilizo intermediarios», al contrario de lo que ha hecho en los últimos días el resto del Gobierno de Pedro Sánchez.
Robles se ha mostrado «orgullosa de los trabajadores del CNI», y al contrario de lo que hizo ayer la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, tras el Consejo de Ministros, ha defendido a la directora del Centro Nacional de Inteligencia, Paz Esteban, dejando claro que «está aguantando estoicamente acusaciones que no se corresponden con la realidad».
La ministra de Defensa ha puesto en valor el trabajo de «los 3.000 hombres y mujeres del Centro Nacional de Inteligencia, que este año cumple 20 años, y que también han dado en ocasiones la vida por la paz y la seguridad».
Y lo ha defendido de las acusaciones vertidas contra este organismo desde los partidos independentistas. «El CNI tiene un deber de secreto y es muy cómodo que alguien diga que el CNI ha hecho algo», ha considerado para, a continuación, ofrecer su «respeto, reconocimiento y admiración al CNI», añadiendo que «No podemos aceptar que nadie pueda imputar sin pruebas autorías conocidas o desconocidas«, en relación al presunto espionaje a los independentistas catalanes.
PODEMOS PIDE SU «CABEZA»
Por su parte el socio de Gobierno de Pedro Sánhcez, Unidas Podemos, ha exigido ceses y responsabilidades «al más alto nivel» y han apuntado directamente a los servicios secretos como responsables de los ataques a los móviles mediante ese programa de espionaje, que solo pueden comprar los Estados.
El portavoz parlamentario de la formación morada, Pablo Echenique, ha afirmado que el ‘caso Pegasus’ es «el mayor escándalo» de la España reciente y que «la situación actual es insostenible».
Para Echenique ya era «insoportable» el espionaje a independentistas, pero la denuncia de que también se espió al presidente del Gobierno «eleva la crisis a otro nivel». «Es un auténtico escándalo que no hace ni un ápice menos grave el espionaje masivo a independentistas».
Desde Esquerra Republicana, su portavoz, Montserrat Bassa, ha afirmado que «en una democracia plena, debería dimitir o ser cesada por legitimar el espionaje, culpabilizar a las víctimas y menospreciar con ignorante soberbia» a quienes destaparon el espionaje a independentistas, Citizen Lab y The New Yorker. «Y no sólo debería dimitir usted, sino que debería haber cascada de ceses y dimisiones».