Ya estamos acostumbrados a los paripés que monta el expresidente de la Generalidad de Cataluña y prófugo de la Justicia española, Carles Puigdemont, en este caso ha escenificado que suspende relaciones con Pedro Sánchez pero rompe con el y así se lo ha comunicado al PSOE este viernes.
El líder de Junts, deja en suspenso las relaciones políticas «en cuestiones sectoriales» aunque por ahora no hay una ruptura frontal con el Gobierno de Pedro Sánchez.
Esta decisión de Puigdemont supone que los siete diputados de su formación no votarán ningún real-decreto que el Gobierno de Sánchez lleve al Congreso de los Diputados, hasta que la Mesa decida sobre la cuestión de confianza, aplazada una semana más, y por tanto tampoco habrá presupuestos para 2025.
«Estamos donde estábamos», señalaba este viernes en su comparecencia Puigdemont al no haberse tramitado la cuestión de confianza que exigían contra Sánchez y han dejado claro que no están «satisfechos con el cumplimiento de los acuerdos políticos» y creen que la decisión de la Mesa del Congreso de aplazar la decisión supone que el PSOE ha entendido que Junts «va en serio» y que «el riesgo de la ruptura era real».
Puigdemont, se ha dirigido directamente a Sánchez asegurando que «cualquier demócrata convocaría elecciones si pierde la confianza del Congreso», y por ello Junts ha decidido posponer hasta mediados de febrero la decisión de si rompen los acuerdos con el PSOE o los mantienen vigentes dejando claro el control que tiene con sus siete votos sobre el Gobierno central y le ha lanzado una advertencia de que «la confianza está rota, y es momento de decidir si se puede recuperar esa confianza o hay que romper».