Los Fondos de Recuperación Europea por el COVI-19 están en riesgo tras el anuncio hecho por el viceprimer ministro de Polonia Jaroslaw Kaczynsk, de vetar dichos fondos ante la supuesta amenaza a la identidad cultural polaca que ejerce la UE.
El líder polaco señalaba en una entrevista que “no nos dejaremos chantajear con dinero, se nos pretende arrebatar la soberanía nacional” refiriéndose al posible vínculo de la concesión de partidas del fondo de recuperación europea de 750.000 millones de euros a los países al respeto de los principios democráticos y de Estado de derecho.
Y es que mientras la Comisión Europea propone un medidas más blandas, el Parlamento Europeo, que lo debe ratificar, exige unas condiciones más rigurosas donde se incluya la posibilidad de retirar el dinero a los países que infrinjan los principios fundamentales y democráticos.
En Europa ya hay quién empieza a cuestionar poner a España en el mimos nivel que Polonia y Hungría donde un informe de la Comisión Europea cuestiona el respeto de estos valores democráticos. Dos países en manos de gobiernos nacionalistas y autoritarios, que son señalados por no respetar la independencia del poder judicial, coartar la libertad de expresión y de información, así como atentar contra los derechos de las minorías y las oenegés, algo podría poner a España en esta misma tesitura si termina por llevar a cabo la reforma de elección del CGPJ como pretende el gobierno de colación Sánchez. Iglesias.
El que fuera presidente de la Comisión Europea, Donal Tusk ha llegado a señalar que “Kaczynski está dispuesto a bloquear la ayuda de la UE a Polonia para poder seguir violando impunemente el Estado de derecho” y es que en la cumbre de jefes de estado de junio se estableció que “dinero a cambio del Estado de derecho”, algo que no cuenta con el consenso de todos los países y es que una moción de Comisión establece que para frenar el desembolso de fondos a un país infractor debería ser apoyada por la mayoría cualificada del Consejo de la UE, es decir, por 15 de los 27 países, algo que no apoyan ni Polonia ni Hungría.