Quien lo iba a decir pero una fecha tan marcada para la izquierda española como es el 8-M está resultando ser un auténtico caballo de batalla por cómo se celebra a causa de la pandemia enfrentado principalmente a los dos partidos que gobiernan España, PSOE Y Unidas Podemos.

Los reproches que se han vivido esta semana han sido público y notables y así mientras los socialistas intentan guardar la compostura tragándose tener que vender el no manifestase cuando su cuerpo le pide todo lo contrario para tener que ser consecuentes con la situación de pandemia y lo que le están exigiendo al ciudadano, su socio de gobierno, Unidas Podemos, ha cargado con todas sus fuerzas contra la prohibición y piden salir a la calle este lunes para celebrar el «Día de la Mujer».

Así mientras Pedro Sánchez y la vicepresidenta Carmen Calvo públicamente piden que no se hagan manifestaciones llegando incluso a prohibirla en Madrid, donde suelen concentrarse la mayoría de ellos para manifestarse grupos feministas alentados por Podemos, como el El Movimiento Feminista de Madrid esperan que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) esperan que admita el derecho a manifestaciones de las mujeres con las garantías sanitarias que ellas mismas han propuesto para este día.

Carmen Calvo, abanderada del feminismo en el PSOE, ha dicho que los criterios políticos porque, solamente se produciría una posible decisión partidista si se hubieran vetado las concentraciones a nivel nacional y no sólo en Madrid.

Pero mientras Calvo, defiende la no celebración de manifestaciones en Madrid el 8-M, la ministra de Igualdad, de Unidas Podemos, Irene Montero ha dicho que es evidente que se intenta «señalar» y «criminalizar» el feminismo con esta prohibición porque hay «quienes quieren negar el derecho a la calle» a las mujeres porque hay «señalamiento» a la lucha feminista «por quienes tienen una agenda reaccionaria».