El vicepresidente del Gobierno y líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, tiene claro que el actual Ejecutivo, esta sostenido en el Parlamento por «una mayoría que prefigura un proyecto de país: una España con más justicia social, más plural, más democrática, más federal, fraterna y plurinacional. Esa España es republicana y asegura mucho más un camino compartido de sus pueblos y sus gentes» y que como ocurrió en el pasado existe una dialéctica entre el «bloque de derechas», que ahora «reivindica con una vehemencia sin precedentes la monarquía» y sigue creyendo que el «Estado es suyo».
Iglesias piensa que a raíz de la pandemia del coronavirus se «ponen sobre la mesa» esa agenda republicana al igual que el conflicto territorial a raíz de la visión centralista del Estado y el amplio consenso en la defensa de los servicios públicos.
«Hoy el republicanismo es ampliamente mayoritario en Cataluña y Euskadi y también es mayoritario entre el electorado de izquierdas. Al mismo tiempo, los monárquicos concentran sus apoyos en los votantes de la derecha y la ultraderecha. Nadie se debe ofender si constatamos lo evidente; que la monarquía no es hoy, para millones de españoles, un símbolo de unidad entre los ciudadanos y los territorios del Estado» ha reseñado el líder del Podemos.
Por eso Pablo Iglesias cree que la identidad republicana «gana enteros en la opinión pública» y que, como aseveran muchos analistas, existe una «crisis de la monarquía», probablemente «la más profunda desde su restauración por parte de Franco» y que puede tener también su origen en el «grave deterioro de la imagen de la institución a raíz de la huida de Juan Carlos de Borbón a Emiratos Árabes tras salir a la luz las informaciones sobre sus supuestas actividades corruptas» y «creciente reivindicación que la derecha y la ultraderecha hacen de la monarquía».
Y es que aunque la monarquía le merece «todo el respeto y la cortesía institucional» por parte de los ocupan responsabilidades de gobierno, eso no significa que «nos restan libertad de opinión como dirigentes políticos y como demócratas» y que nadie «se debe ofender si decimos lo evidente» porque la monarquía «está sometida a un debate social» en España porque ya «no es símbolo de unidad entre los ciudadanos y los territorios del Estado» para millones de españoles.