No termina de convencer el considerado líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, al sector de la derecha e incluso a una parte del PP, en su forma de hacer oposición contra el actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ante una falta de contundencia que genera dudas de qué hará si finalmente llega a La Moncloa.
El propio Feijóo, consciente de ello, ha trasladado su malestar por las dudas que está generando y la continua comparación con su rival por la derecha, el líder de Vox, Santiago Abascal, que hasta ahora le esta ganando ese discurso que busca desde la oposición a Sánchez.
El caso más reciente ha sido el de la visita del presidente de Colombia, Gustavo Petro, al Congreso de los Diputados, tras haber faltado el respeto a los españoles el día anterior en su discurso del 1 de mayo en su país, donde Vox abandono el hemiciclo cuando iba a tomar la palabra, mientras que Feijóo, no solo se puso en pie y le aplaudido sino que hizo mantenerse al PP en sus escaños, algo que no gustó a algunos miembros del partido, que vieron una «sobreactuación» en ese momento para justificar el perfil institucional.
Ante esas duda sobre su figura, el pasado miércoles Feijóo reunió a los grupos parlamentarios del Congreso y el Senado, en una cita a puerta cerrada, donde dejó claro que está “cansado” de las acusaciones de inacción, de inmovilismo o de las dudas sobre si es lo suficientemente duro contra en sus declaraciones contra Pedro Sánchez, según explican algunos de los asistentes.
Feijóo insistió en esa reunión con los suyos que cumplirá las promesas y será contundente con sus políticas, tras anunciar públicamente que borrará del mapa las principales normas de la legislatura, como la ‘ley Celáa’, la ‘ley trans’, la ley de eutanasia, la de memoria democrática y la modificación del Código Penal para recuperar el delito de sedición y dejar como estaba el de malversación.
En el PP apuntan al Gobierno, especialmente al sector del PSOE, como “generadores” de polémicas y dudas sobre la capacidad Feijóo para llegar a la Moncloa, como puede ser la popularidad de Ayuso y las consecuencias que puedan tener para el una mayoría absoluta en mayo de la Presidenta madrileña, la posibilidad de que no vaya a ser el candidato a las generales si en mayo no se produce el cambio de ciclo tan anunciado, su escasa proyección internacional, la falta de idiomas o la idea de que “Madrid le queda grande”.
Desde el Gobierno y el PSOE, se prepara una campaña dura enfocada en la figura del Feijóo, porque son conscientes de su debilidad en su partido y entre los votantes de la derecha y van a intentar potenciar el perfil internacional de Sánchez como una garantía de modernidad frente a las “recetas caducas” del líder de los populares “ya conocidas” que «representa al pasado” y no el futuro.
Mientras Fiejóo considera asuntos «de Estado» el apoyo dado a Sánchez en la modificación de la la Ley del «Solo si es si» u ofrecerse a modificar la malversación lo antes posible, cargos del PP tienen sus dudas al ser más partidarios de dejar al Gobierno “hundirse con un error que es solo suyo” y buscar un endurecimiento del discurso para dejar claro lo que hará si llegar a La Moncloa.