La reciente Reforma Laboral acordada por los agentes sociales y el Gobierno de Pedro Sánchez, y aprobada recientemente en Consejo de Ministro, podría tener los días contados, si finalmente cumplen sus amenazas los socios de investidura del Presidente, ERC, BILDU y BNG de tumbarla en las Cortes votando en contra de ella al entender que es «decepcionante» porque no recoge sus pretensiones.
Ha sido el diputado del BNG, Néstor Rojo, el que ha informado que están en conversaciones con ERC y Bildu, para hacer un «frente común» contra la reforma laboral reclamando que se derogue la legislación aprobada por el PP, tal y como se había comprometido el Gobierno de coalición ya que consideran que continúa con los aspectos «más lesivos» aprobados en su día en la reforma del PP.
El proyecto estrella de la ministra de Trabajo Yolanda Díaz, ha desairado a las formaciones más izquierdistas, como Anticapitalistas, que se suman al rechazo expresado por sindicatos más radicales como CGT Confederación, ELA, LAB, CIG, La Intersindical y CNT.
Todos estos partidos han llamado a la izquierda parlamentaria a votar en contra y han conseguido su propósito. Ni ERC ni Bildu, socios prioritarios de Podemos, están dispuestos a apoyar la reforma en el Congreso si no se modifica vía enmiendas.
Entienden que esta reforma se mantiene el abaratamiento del despido, no se recupera la autorización previa de la autoridad laboral para los ERE, hay una prevalencia de los convenios de ámbito estatal y al tiempo que prevalece el convenio de empresa sobre el de sector (salvo en el caso de los salarios).
Por eso desde el BHG exigen a Sánchez que cumpla con sus «compromisos» ya que la derogación de la reforma laboral del PP era uno de sus «puntos centrales» por eso apelan a un frente común de fuerzas «nacionalistas, soberanistas y progresistas» para que «no sea una nueva legislatura perdida».
Tachan de «muy grave» que el Gobierno mantenga el «despido barato» acordado por el Ejecutivo de Mariano Rajoy, en lo que reduce a «un parche», dado que «un lavado de cara no soluciona los problemas estructurales en este ámbito» y señalan «una claudicación ante una de las parte, la patronal», así como a una «claudicación a los intereses de Bruselas» para que lleguen los fondos Next Generation, que «van a acabar en manos de cuatro multinacionales».
PROYECTO DE LEY
BNG, ERC y Bildu demandan que se tramite como proyecto de ley en vez de como decreto, de modo que haya posibilidad de una modificación «en positivo». En este sentido, se marca el objetivo de que «la presión social» lleve al Gobierno a que «se vea obligado a derogar realmente la reforma laboral».
Señalan que es «paradójico» que la derecha «habla bien» de esta reforma laboral. Cita ejemplos como «Aznar y FAES» que dicen que «no está mal porque preserva la mayoría» de los cambios introducidos por el Partido Popular, mientras el vicepresidente de la CEOE, Lorenzo Amor, aseguró que se mantiene el «95 por ciento» de la reforma del PP. Por tal motivo, Rego avisa de que el BNG «no está dispuesto a asumir sin dar batalla» esta «decepción y nueva frustración».
EL PP VOTARA EN CONTRA
El Portavoz del PP en el Senado, Javier Maroto, ha dejado claro hoy que su partido votará en contra de la reforma laboral sin preocuparse de lo que voten los demás, como el PNV o ERC y lo hará así, ha dicho, «por coherencia».
«Vamos a votar en contra sin preocuparnos de lo que voten los demás, la votación del PP es de coherencia», ha remachado al tiempo que recordaba que el PP lleva 10 años diciendo que la reforma laboral ha aportado una «cifra récord» en contratos indefinidos de mujeres y creado millones de puestos de trabajo.
Maroto a aclarado que si otras formaciones políticas «por otras ideas distintas también votan en contra, tendrán que explicarlo ellas». Pero deja claro que esa votación sería por «motivos diametralmente opuestos».