La Ley del «Solo si es si» aprobada por el Gobierno de Pedro Sánchez, sigue haciendo estragos con las rebajas de penas a los agresores sexuales, en este caso el beneficiado es el conocido como ‘violador del portal‘, acusado de agredir sexualmente en el año 2016 a una estudiante universitaria e intentarlo, por lo menos en otras dos ocasiones, con otras dos mujeres en Lugo.
Tras la revisión de su condena, el agresor sexual saldrá hoy de la cárcel de Picassent (Alicante), después de que su condena se vea rebajada en dos años y pasar de seis años y medio a cuatro años y seis meses.
Natural de Bulgaria, I.H.Z, quedará hoy en libertad aunque tendrá que llevar una pulsera telemática durante los próximos ocho años para de esa manera estar geolocalizado por la policía. Además no podrá acercarse a las víctimas a menos de 500 metros y deberá participar en un programa sobre víctimas contra la libertad sexual.
Ante su inminente puesta en libertad, la policía ya ha llamado a una de sus víctimas para avisarle que su violador sale de prisión y llevará una pulsera telemática de vigilancia.
El «violador del portal» fue condenado por abordar a una estudiante de 18 años cuando esta regresaba a su domicilio, en septiembre de 2016, situado en el barrio de Augas Ferreas. Lo hizo en el propio portal, donde se encontraba escondido y que conocía al detalle ya que I.H.Z. fue el encargado de realizar la instalación de fibra óptica en el bloque de viviendas.
En ese momento, se colocó detrás de la joven para introducirla a la fuerza en el ascensor y allí le amenazó diciéndole «cállate o te mato». Acto seguido introdujo la numeración secreta para acceder al garaje y allí la metió en el cuarto de contadores donde le obligo a realizarle una felación.
No le bastó con estos, ya que un mes después, también de madrugada y en la misma zona, otra mujer fue abordada por el mismo individuo con el mismo modus operandi. Se encontraba escondido en un trastero situado al lado del ascensor y cuando la mujer entró en el portal salió del habitáculo con la intención de agredirle.
En ese momento la víctima echó a correr escaleras arriba para escapar y posteriormente se inició un forcejeo. La mujer pudo gritar para alertar a su marido que se encontraba en la vivienda lo que hizo que el agresor temiera ser descubierto y acabase huyendo.