La resolución del Tribunal General de la Unión Europea ha supuesto un duro revés para la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von Der Layen, tras anular su decisión de denegar el acceso a una periodista del contenido de los mensajes de texto en la época de las negociaciones de los contratos de compra de vacunas contra el COVID-19 que se intercambió con Albert Bourla, el CEO de Pfizer.
La sentencia, conocida este jueves, deja claro que los servicios comunitarios no dieron una explicación clara para justificar que no estaba en posesión de los documentos que se le solicitaba denegando el acceso a la información que solicitada la periodista Martina Stevi, de ‘The New York Times’.
Considera el Tribunal europeo que las respuestas proporcionadas por la Comisión Europea «se basan o bien en suposiciones, o bien en informaciones cambiantes o imprecisas», y considera que por su parte ‘The New York Times’ aportó «elementos pertinentes y concordantes que describen la existencia de intercambios» entre Von der Leyen y el CEO de Pfizer «en el contexto de la compra de vacunas por la Comisión a la referida empresa durante la pandemia de COVID-19″.
El diario denunció en el 2023 ante la Justicia europea la negativa de Von Der Leyen a proporcionar el contenido de los mensajes de texto que se intercambió con el por aquel entonces CEO de Pfizer, mientras mantenían las negociaciones para la compra conjunta por parte de la UE de miles de dosis de la vacuna contra la COVID-19.
Fue el propio Albert Bourla, en una entrevista en 2021 en el ‘The New York Times’, quien reveló la existencia de esos mensajes, pero los servicios comunitarios, que inicialmente no admitieron que existieran, posteriormente los borraron porque entendían que su contenido no era relevante.
Posteriormente, en 2022, la Defensora del Pueblo de la UE instó al Ejecutivo comunitario a informar de los mensajes entre Von der Leyen y Bourla en aras de las reglas de transparencia que se aplican a la Comisión y advirtió de que cuando se trata del derecho de acceso público a documentos de la UE «es el contenido lo que importa y no el soporte o la forma», descartando así que el simple hecho de ser mensajes de texto determinara que fueran irrelevantes, pero su petición no tuvo éxito.
Lo cierto es que antes de conocerse esta sentencia desde la Comisión Europea han han vuelto a insistir que las conversaciones que este tipo de mensajes de texto vía móvil, no se conservan y que los funcionarios sólo están obligados a registrar información «importante» pero no se ha querido aclarar si alguien más que Von der Leyen vio el contenido de los mensajes de texto antes de ser borrados que pudiera evaluar si, efectivamente, no eran relevantes, ni si los mensajes siguen existiendo o no todavía.