El Gobierno se ha vuelto esconder, al igual que hiciera durante la pandemia, en técnicos uniformados que se prestan a ello, como es el caso del general jefe de la Unidad Militar de Emergencias (UME), Francisco Javier Marcos, cargo que ocupa a dedo por decisión de la ministra de Defensa, Margarita Robles, para las comparecencias de seguimiento del comité de crisis de la DANA.
Este lunes, vestido de uniforme de la UME el máximo mando de esta unidad ha dado las explicaciones sobre la mayor catástrofe natural de la historia de España en la sala de prensa del Palacio de la Moncloa, acompañado de la secretaria general de transporte terrestre, tercera en el escalafón del Ministerio de Transportes.
El Ejecutivo de esta manera trata de dar una respuesta más técnica sobre las labores que se están llevando a cabo en la zona afectada, evitando así la comparecencia de los ministros que tengan que dar explicaciones políticas, al igual que ocurrió durante la pandemia.
Y todo horas después de los graves incidentes que se produjeron en Paiporta, contra la autoridades que acudieron, en especial sobre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que al contrario que los Reyes y el presidente de la Generalitat Valenciana. salió huyendo del lugar ante la crispación de los ciudadanos que están abandonados.
La decisión de hacer comparecer al general al mando de la UME, en lugar a del Jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad), Teodoro López Calderón, y su Mando de Operaciones (MOPs) ha provocado desconcierto y malestar tanto en el departamento de este último como en la cúpula de los tres ejércitos, ya que si bien la UME, es una unidad independiente de Ejercito, lo cierto es que se ha pedido a otras unidades que intervengan en esta crisis y eso le corresponde al Estado Mayor de la Defensa, y concretamente al MOPs dirigido en la actualidad por el general José Antonio Agüero y esto no ha sucedido por decisión del Gobierno, a pesar de que el despliegue militar implica ya a más de 7.800 efectivos, de los cuales unos 5.000 forman parte de Tierra.
El general Marcos, en su comparecencia, explicó el protocolo que siguió el día que comenzó la riada: «El día en el que se desencadenó la emergencia, la UME ya venía siguiendo la situación meteorológica. Yo tengo dos herramientas legales: la alerta temprana y el despliegue adelantado. Cuando vi lo que se podía venir encima, empleé esas herramientas legales de manera que al batallón número 3 de la base Jaime I en Bétera, Valencia, le ordené inmediatamente que todos los soldados fueran a sus puestos, aproximadamente 500 militares» que pudieron entrar en la zona de Utiel y Requena«.
Además ordenó el despliegue adelantado para que cuando llegase esa autorización legal, estuviesen «en condiciones de entrar en la zona de emergencia inmediatamente», precisó el jefe de la UME. La Generalitat valenciana dio la luz verde «en minutos» y tras su orden de salir a la zona de emergencia, solo hubo una demora de 15 minutos. Pero ese dispositivo inicial fue insuficiente ante la magnitud de la tragedia