A la quinta ha sido la vencida y este martes por fin el Consejo General de Poder Judicial (CGPJ) ya tiene nueva presidenta en este caso, como es Isabel Perelló, que a pesar de ser de corte progresista, es la candidata que ha propuesto a última hora el sector conservador de los jueces.
Es la primera vez que una mujer presida el máximo órgano de los jueces y a su ve el Tribunal Supremo, después de que los nuevos 20 vocales del órgano han sellado el pacto tras cuatro intentos fallidos en los que se ha hecho necesario volver a poner nombres nuevos sobre la mesa.
Perelló, cuyo nombre se puso a última hora sobre la mesa tras abrir la lista inicial presentada tras rechazar los conservadores Ana Ferrer y Pilar Teso, y los progresistas a Pablo Lucas., se ha disputado la presidencia en una votación con la también magistrada del Tribunal Supremo, Ana Ferrer, la aunque Perelló, ya partía como favorita de cara a la votación celebrada este mediodía, ha sumado 16 votos a favor frente a cuatro que han votado en contra.
Isabel Perelló, que Ingresó en la carrera judicial en 1985, es magistrada del Tribunal Supremo desde el 2009, previo paso por la Audiencia Nacional y en la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, y distintos Juzgados de Primera Instancia e Instrucción de Mahón (Menorca) y en la Audiencia Provincial de Barcelona.
La nueva Presidenta del CGPJ, Pertenece a la asociación progresista Juezas y Jueces por la Democracia. Todo parece indicar que los jueces conservadores se han respaldo su candidatura porque no guarda una vinculación tan directa con el Gobierno de Pedro Sánchez, y es nunca ha sido una opción ni para el ministro de Justicia, Félix Bolaños, ni para el presidente del Tribunal Constitucional, Cándido Conde-Pumpido.
En su favor está que como magistrada de la Sala Tercera del alto tribunal ha dictado sentencias en materias atribuidas a su sección como competencia, instalaciones de energías renovables, regulación eléctrica, órganos reguladores, contratos administrativos y seguridad social, entre otras, con un perfil técnico y formación en materia de lo Contencioso. A pesar de definirla como progresista se caracteriza por ser también independiente, tanto por sus pronunciamientos en el Tribunal Supremo como por su actividad en la Junta Electoral Central.
Cuatro de los diez vocales progresistas han votado en contra mientras que los otros seis y el bloque conservador al completo le ha dado su apoyo.