El Gobierno central, ha puesto en conocimiento de las Comunidades Autónomas, parte del protocolo que tendrán que seguir en la vuelta a los colegios en esta curso que está a punto de comenzar, tras la reunión mantenida por los Ministros de Sanidad, Educación y Política Territoriales con las Comunidades Autónomas, que tendrán que adaptar todas las instrucciones en sus normativas.
Para el Gobierno, será considerado “brote” a partir de que se detecten dos casos en cualquier escuela o instituto y en otros contextos es a partir de tres a excepción de las residencias de personas mayores que será uno sólo.
El protocolo marcado por el Ejecutivo de Sánchez establece que un positivo o contacto estrecho de un positivo debe guardar aislamiento domiciliario y de que nadie, ni alumnado, ni profesorado, ni personal técnico, debe acudir al centro con síntomas, es decir tener fiebre o tos. Además señala que hasta que no haya una PCR positiva, las clases continuarán de forma normal, es decir, los compañeros y el profesor del grupo, que en principio será “de convivencia estable” y su número dependerá de la ratio de cada comunidad, continuarán con el curso hasta confirmar o no el caso.
Si la prueba PCR confirma el positivo por COVID-19 se tiene que hacer un estudio de contactos estrechos que también dependerá de si las medidas higiénicas se han seguido correctamente, pero se considerará a todos los miembros del grupo de convivencia estable siendo el principal objetivo no tener que cerrar los centros este curso 2020-21.
En el documento presentado a las Comunidades Autónomas, se reconoce la ineficiencia de las clases on-line durante el confinamiento señalando que «el cierre de los centros educativos como medida para controlar la transmisión ha demostrado ser poco efectivo y tener un impacto negativo a nivel de desarrollo y educación de la población en etapa de aprendizaje«, por lo que se quiere evitar como sea tener que volver a esa situación.
El texto marca tres niveles de “brote” a tener en cuenta: controlado o esporádico, cuando los casos están en el mismo grupo; complejo, con cadenas de transmisión que no se identifican bien (entre varios grupos), que podría implicar el cierre de algunas clases y la intensificación de las medidas y por último el tercero que sería el de transmisión comunitaria no controlada, sin concretar a partir de qué valores se considerará así. En este último caso y como “última instancia” se podría llegar a cerrar el centro, contando con la aprobación de la Sanidad de cada Comunidad Autónoma.
Si un menor o un profesional desarrolla síntomas del coronavirus estando dentro deberá ser trasladado a un espacio acompañado de un docente con un equipo de protección individual «adecuado» que contará de una mascarilla quirúrgica y si el sospechoso de contagio es un menor de menos de 6 años, que no llevaría mascarilla, una FFP2 sin válvula. Además se crea la figura de “coordinador COVID-19”, encargado de la comunicación de casos y de ser interlocutor con los servicios de salud y el propio centro.