El lío dentro del Gobierno de Pedro Sánchez, entre la facción del PSOE y la Unidas Podemos por la la reforma de la Ley del «Solo si es si», si candente y cada día parece coger más fuerza, ya que ahora el ministro de Presidente, Félix Bolaños, dice que están abiertos a sentarse a hablar con «todos» los partidos, incluido el PP, para modificar la ley y poner fin a sus efectos «indeseados».

En una entrevista llevada a cabo en Onda Cero, Bolaños indicaba que «yo voy hablar con todos los grupos parlamentarios, porque quiero, como siempre, que salgan adelante todas las iniciativas», porque hay que «corregir una ley que ha tenido efectos que nadie deseaba y nadie quería».

IRENE MONTERO HABLA DE EXPLICAR «LA VERDAD»

Por su parte la ministra de Igualdad, Irene Montero, ha dicho que no tiene problema en pedir perdón a las victimas por las consecuencias de la entrada en vigor de la Ley del «Solo si es si», pero dejado claro la necesidad de explicar la verdad sobre la Ley y las rebajas de penas a los agresiones sexuales.

En una entrevista en la Cadena Ser, Montero ha señalado que «si como Estado tenemos que pedir perdón a las víctimas que lo consideren, por supuesto lo haré, pero también explicando la verdad, que las decisiones de esas rebajas de penas son de una minoría de jueces que no están aplicando bien la ley y el derecho transitorio«.

«Es una buena ley que protege a las víctimas que denuncian y las que no denuncian. Esta es una ley que da obligaciones al Estado frente a todas las mujeres que sufren violencia sexuales», insiste la Ministra.

Además ha resaltado que no ha mantenido ninguna conversación con la ministra de Justicia, Pilar Llop, desde el pasado martes, por lo que las negociaciones con el PSOE para la reforma de la ley, están interrumpidas.

En este sentido ha matizado que «yo deseo poder negociar cuanto antes porque deseo dar una respuesta unitaria a las víctimas. Yo no me he levantado de la mesa con tal de volver al modelo del consentimiento«, pero que «línea roja estaba en no volver al Código Penal de La Manada».

Y es que para Montero es innegociable «La idea del calvario probatorio», donde la vicxtima tenga que probar si hubo o no violencia, porque las «feministas no han peleado un cambio de nombre (respecto a los delitos), sino porque no sea más creíble el testimonio de la víctima si tiene una herida más grande».