No ha sido fácil el acuerdo, pero finalmente ayer, la cumbre de líderes políticos europeos se cerraba con un acuerdo «in extremis» que deja para España 140 mil millones, 72.700 millones en transferencias directas o lo que esa lo mismo a fondo perdido, eso sí, con un control claro de donde se van a invertir por parte de los denominados países frugales.

El montante total de las ayudas será de 750.000 millones de euros, con 390 mil millones en transferencias directas o lo que es lo mismo no reembolsables, que aunque menos de lo que se pedía inicialmente (500 mil millones) va servir para que los países en dificultades puedan ir gestionado la crisis con cierto desahogo, eso si, con condiciones por parte de los países frugales de dónde y cómo se va a invertir ese dinero donde ya han puestos condiciones para acceder ese dinero.

El presidente del Gobierno Español, Pedro Sánchez ha definido este acuerdo también como «un auténtico ‘Plan Marshall'» que sirve para dar respuesta contundente a la crisis de la COVID-19 pero también para afrontar las transformaciones que España necesita en el futuro, señalando además el hecho «inédito» de que la Comisión Europea se vaya a endeudar por primera vez para financiar el fondo de reconstrucción.

Sánchez,  entiende que los países frugales encabezados por su «amigo» el Primer ministro holandes Mark Rutt, el llamado «freno de emergencia» porque ante un instrumento tan importante como el fondo, y dado que todos los países se van a endeudar para financiarlo, es normal que se quiera velar sobre cómo se gaste el dinero, los planes y programas de dónde cada país va invertirlo.

Por último Pedro Sánchez, indicaba que «Hoy todos los europeos ganamos y la Unión Europea sale mucho más fuerte», incidiendo en que la negociación de este acuerdo ha sido un «reto extraordinario» que ha requerido un «trabajo extenuante» pero cuyo resultado «ha merecido la pena«.