El exministro de Transportes y exsecretario de organización del PSOE, José Luis Ábalos denunciaba este jueves ante la Fiscalía General del Estado, que la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, había interceptado su «correspondencia privada» durante la investigación del ‘caso Koldo’ y que por ello vulneró su derecho fundamental al secreto de las comunicaciones, un hecho «de suma gravedad» y que implicarían al Ministerio del Interior, que dirige el socialista Fernando Grande-Marlaska, por supuestos seguimientos ilegales «al margen de una autorización judicial».
En un claro intento de entorpecer la investigación, Ábalos, ha comparecido con un tono chulesco en la sala de prensa del Congreso de los Diputados, presentándose como víctima de una conspiración de la UCO, para intentar así rechazar las acusaciones contra el llevadas a cabo ante el juez del Supremo por el comisionista Víctor de Aldama.
Ábalos ha negado cualquier contacto con dirigentes del PSOE ni con Koldo para su declaraciones ante el juez, y se ha limitado ha decir que se vulneró su derecho fundamental al secreto de las comunicaciones.