Los incidentes ocurridos entre supuestos seguidores del Real Oviedo y del Racing, el pasado Domingo, son un ejemplo claro de que no se puede contemporizar en absoluto con este tipo de personas.
Digo supuestos seguidores, porque las autenticas aficiones del Racing y del Real Oviedo, merecen todo el respeto y en nada se parecen a este tipo de “niñatos” mal educados y consentidos, que debieran de ser controlados ante este tipo de eventos y que realmente no debieran pisar nunca un estadio de futbol.
La clave de todo ello, está por supuesto en la educación, pero los equipos no pueden consentir este tipo de acciones, sean dentro o fuera de sus recintos.
Me sorprende, que todavía que yo sepa, no se haya tomado la decisión por parte del Racing y del Real Oviedo de expulsar de sus estadios a este tipo de personas, que utilizan el deporte como medio de enfrentamiento.
No basta con una nota de prensa de condena, se trata de multar por parte de las fuerzas de orden público, una vez identificados los individuos y por otro lado que las entidades deportivas no den ningún tipo de interlocución a este tipo de personas, aunque por supuesto se puedan “camuflar” como supuestas peñas deportivas, perjudicando al resto de seguidores, personas de bien.
Una investigación “a fondo” sobre los sucesos del pasado Domingo en la calle Peña Herbosa, es necesario y por supuesto después actuar de manera contundente, con este tipo personajes que utilizan el deporte para otros fines.