Acabamos ya de ver, la primera impostura en el Tribunal Constitucional, el primer comportamiento obsceno indigno de un Tribunal independiente. Resulta, que a las pocas horas de tomar posesión, los nuevos miembros, de forma reservada se han reunido los llamados «progresistas», para intentar ponerse de acuerdo a quién votan, es decir se comportan como auténticos políticos en vez de como Magistrados.
¿Qué esperanza podemos tener los ciudadanos de protección con estos señores, que no son capaces ni siquiera de guardar las formas?.
Es realmente escandaloso, esta forma de actuar y es una tarjeta de presentación del sectarismo más retrógrado.
Los ciudadanos deberíamos estar preocupados, porque nuestras libertades y derechos están en un serio riesgo.
Un Tribunal Constitucional, en el que una Magistrada dice que hay que ser creativos, unos miembros que se reúnen apartados de otros, es un Tribunal, del que poco o nada podemos esperar.
El máximo Tribunal, tiene cientos y cientos de casos pendientes de dar una solución, algunos, desde hace más de una década, pero nada pasa, ahora, con tanta politización se dará la «estocada» definitiva a su pobre credibilidad. Todo un problema para nuestro ya por sí maltrecho sistema