El Tribunal Supremo ha confirmado la sentencia de los ex presidentes de la Junta de Andalucía , Manuel Chaves y José Antonio Griñán, por la macrocausa de los ERES.
Manuel Chaves, ha sido condenado a nueve años de inhabilitación y José Antonio Griñan a quince años de inhabilitación y seis de prisión a la que también han sido condenados cuatro ex consejeros de la Junta de Andalucía.
Ninguna persona de bien, se debe de alegrar del mal ajeno y en el caso de estos dos ex presidentes de la Junta, sin querer quitar su responsabilidad, que por supuesto la tienen, han sido víctimas del propio poder de su partido, es decir, un engranaje más, en una forma de clientelismo político, por lo que la condena sobre ellos, debiera de ser menor y si haber exigido indemnizaciones millonarias al Partido Socialista, responsable, al menos moral y político, de todo un entramado, que le permitió ir creando una gran red clientelar, como lo debiera de ser en el caso Gürtel para el PP.
Los partidos políticos, en esa época actuaban con “patente de corso” en muchos asuntos y debieran de incluso pagar con su propia disolución cualquier tipo de tropelía.
Las personas fallamos, por ello es necesario la existencia de controles serios y eficaces para impedir que ello ocurra.
Ya sabemos que ni Manuel Chaves, ni José Antonio Griñán, no se enriquecieron personalmente, pero si fueron responsables en mayor o menor medida de no controlar las prácticas ilegales de otros, de los gastos en bares de alterne y de la utilización de fondos sin el control debido.
La vida política española, está llena de buena gente, pero también de oportunistas desde la dirección de los partidos, que luego dejan abandonados a aquellos militantes que muy posiblemente siguieran instrucciones superiores, que aunque no les librase de responsabilidades, en realidad, sólo eran una pieza más en todo un engranaje.
La ley se descarga sobre unas personas, pero muchos otros responsables de la pirámide de poder, ahora se “lavan las manos”, como Pilatos.