La frase que tanto repetía San Juan Pablo II : “No tengáis miedo”; la debiéramos de repetir cada uno de nosotros en nuestro interior, ante el intento continuo de los grandes poderes de este mundo de someternos a través del miedo.
Miedo a la pandemia, con una utilización y exageración de la misma hasta límites peligrosos para el equilibrio de nuestras mentes, miedo al cambio climático culpándonos de algo en lo que poco podemos hacer, pues depende de la evolución de la naturaleza, miedo y más miedo con exageración continua y manipulación de las mentes humanas, ya de por si bastante temerosas.
El miedo, nos quita la libertad y nos convierte en muy manipulables y nada críticos.
Los medios de comunicación, bien por sensacionalismo, bien por ignorancia, o por interés, son en general cooperadores necesario en “engrasar” la maquinaria del miedo.
No es de extrañar, el aumento de las enfermedades mentales y de los suicidios, a causa de los encierros innecesarios y extravagantes, que han propiciado mucho más daño que el supuesto bien que se decía conseguir.
Las supuestas “elites” globalistas, necesitan una sociedad desarmada anímicamente para dominarla con facilidad.
Ahora, después de lo peor de la pandemia, se asusta con amenazas de corte de energía, con un gran apagón, algo que de suceder será promovido por los mismos que nos tienen atemorizados, mientras nos exhortan a que no comamos carne y nos dicen que la ganadería genera gas metano.
Miedo, y más miedo, bien aliñado con exageraciones y mentiras, consiguen poco a poco, tener a la sociedad paralizada y casi paranoica.
Es todo un acto criminal, al que debemos responder con sentido común sensatez y verdad. No tengáis miedo. El Señor, Dios esta de nuestra parte y los poderes no prevalecerán.
Vivamos la vida con ilusión y esperanza, buscando siempre la verdad y el bien.
