Los gobiernos de la vieja Europa, parece dispuestos a que olvidemos toda la desastrosa gestión de la pandemia de COVID-19, las miles de muertes en residencias, en muchos casos sin atención y en otros por medicaciones equivocadas, el miedo generado artificialmente en la sociedad, el uso de mascarillas que de poco sirven porque no muestran estudios solventes al respecto y se sabe que su uso puede generara enfermedades neurodegenerativas.
Ni un investigación independiente, sobre los efectos secundarios de las vacunas, algunos con resultados fatales. En definitiva, nadie quiere cargar con las culpas de una manipulación de la sociedad que ha causado enfermedades de todo tipo, dolor y privación de derechos fundamentales injustificados.
Se ha mentido tanto en los últimos años, que la sociedad ha vivido una realidad paralela creada por dirigentes mal informados o sin escrúpulos y empresas farmacéuticas con grandes intereses.
Esto no puede quedar así, porque las libertades, los derechos, la propia vida en dignidad esta en manos de unos pocos sin escrúpulo.
No pueden ahora con la guerra de Ucrania, tapar tanta mentira e irresponsabilidad.
Ha nacido una clase política, dispuesta a saltarse todo, con tal de controlar y crear un poder casi total, muy cercano a las dictaduras.
Si no paramos, tanta mentira, tanta manipulación, estamos perdidos como sociedad.
Detrás del nuevo lenguaje de palabras bonitas, sólo hay engaño y dolor, algunos nos hemos dado cuenta hace tiempo, es necesario que la sociedad sea consciente de ello, antes de que sea demasiado tarde.
