Los políticos de todos los partidos, deben de entender y de lo contrario se equivocan, de que son servidores públicos; son nuestros empleados y los ciudadanos no debiéramos consentir ni sus mentiras y mucho menos sus descalificaciones personales, o incluso faltas de respeto, por el mero hecho de contradecir sus deseos.
La actuación de algunos miembros del Gobierno de España, en relación con Ferrovial, es más propia de un país en dictadura que de una democracia.
Las declaraciones contra el Presidente de Ferrovial, señor Del Pino por parte de algunos miembros del Gobierno, es un prueba evidente de ello, así como contra la actriz Ana Obregón, por su decisión de tener un nieto a través de gestación subrogada.
El Gobierno, no es nadie para meterse en la vida privada de los ciudadanos, a los políticos les pagamos para que gestionen los intereses del país y no para que se metan en nuestras vidas.
En demasiados políticos, se está tomando la costumbre de meterse en nuestras vidas, nos dicen como tenemos que pensar, actuar; nos quitan derechos de movimientos como hicieron durante la pandemia, sin soporte legal alguno; en definitiva, está avanzado en España una forma de gobernar más propia de dictaduras, donde el respeto a los ciudadanos y a sus derechos prácticamente no existen.
No consintamos todo ello, pongamos pié en pared y luchemos por la libertad y el respeto democrático.
Los políticos, deben de procurar el bien común y el respeto entre españoles, y no la división y el desencuentro.