La compañía alemana de seguros de salud BKK provita, ha solicitado al Instituto Paul Ehrlich, datos urgentes ante el fuerte aumento de los efectos secundarios de la vacunación codificados y por lo tanto ya facturados que son a los casos sospechosos declarado por el Instituto Paul Ehrlich.
El asunto es grave, ya que al parecer, según la extrapolación de los datos de facturación realizada por la empresa de seguros BKK, está tiene sospechas de que puede haber, hasta tres millones de personas afectadas por la vacunación en todo Alemania.
Según algunas informaciones, si las lesiones causadas presuntamente por la vacunación se contabilizaran y fueran debidamente notificadas por los médicos, se emplearían 1.000 facultativos todo un año.
Diferentes informaciones recogen que en Alemania, los médicos de consultorios y clínicas no informan de los daños causados por la vacunación contra el COVID-19, porque el tiempo que dedican a cada informe, es de unos 30 minutos y no está remunerado.
Todo un escándalo, que deja cada vez más agujeros negros abiertos y más dudas sobre el proceso de vacunación.
