Hoy jueves 30 de mayo, es un día triste para la democracia española.
El Parlamento, aprueba la Ley de Amnistía a los insurrectos dirigentes de partidos independentistas, rompiendo la igualdad ante la ley de todos los españoles.
No se hace por haber mostrado los independentistas afectados arrepentimiento alguno, ni tampoco gesto alguno de pedir perdón, al contrario, se premia su actitud insolente y retadora de seguir con su “matraca”.
Toda este espectáculo, totalmente contrario a la igualdad y la justicia, se hace a cambio de siete votos, que permiten al actual Gobierno seguir en el poder.
Lisa y llanamente, se trata de cambiar siete votos, por una amnistía.
Espero, por el bien de este país que el Tribunal Supremo, actúe rápidamente y presente el recurso correspondiente ante el Tribunal de la UE, para paralizar este descabellado proceso, que rompe toda ética y respeto a los ciudadanos.
Todo ello, ocurre, en medio de presuntos casos de corrupción, en los aledaños del poder, extendiéndose como una mancha de aceite, ante un Gobierno que se dedica a deslegitimar a la mitad o más de los ciudadanos, que son calificados de pertenecer a la llamada “fachosfera”.
Fango, fachosfera, ultra, fascista, cualquier calificativo desagradable y falso es bueno, para no dar razones de nada; olvidándose que en el Gobierno hay comunistas que defienden a regímenes totalitarios en medio mundo.
Cuando faltan razones y argumentos, se utiliza el discurso de la mentira para señalar y dividir.
Es la vieja táctica, de los sistemas totalitarios que parece quieren importarse a nuestro país. Toda una irresponsabilidad.