Me he alegrado mucho del magnifico detalle del Real Madrid, de invitar al palco del estadio Santiago Bernabéu, a presenciar el gran partido entre el conjunto español y el Manchester City a diferentes deportistas y entre ellos a Novak Djokovic.
La presencia de Novak Djokovic, en el Open de Madrid y en el palco del Santiago Bernabéu, es la victoria del bien y de la libertad, sobre el totalitarismo y la mentira.
La persecución sufrida por el tenista serbio, por el “delito” de no querer vacunarse, ha sido uno de los actos más vergonzosos y contrarios a la libertad y los derechos humanos que haya sufrido un deportista injustamente.
Se le llamo de todo, por parte de muchos medios de comunicación, se llego a decir que era un peligro para la salud y tantas y tantas cosas, que hay que recordar ahora para que los que tanto mintieron recapacitaran y fueran conscientes del mal al que fue sometido injustamente por culpa de intereses de todo tipo y ninguno bueno.
Allí estaba Djokovic, sano y sin contaminar a nadie y siendo reconocido por la buena gente como gran tenista.
Vivimos una sociedad manipulada, es la que se ejecuta mediáticamente, a todo aquel que acertado o equivocado pone en duda o discute lo que quieren unas supuestas élites.
Pero me temo, que nadie pedirá perdón, que nadie rectificará, porque la soberbia se lo impide.
Bienvenido a la normalidad Novak Djokovic.