La situación de violencia y enfrentamiento que se ha generado en muchas ciudades del Reino Unido y que los medios de comunicación españoles en su inmensa mayoría, están relegando a ser tratados como un tema menor, son por el contrario de suma gravedad.
Los sucesivos gobiernos del Reino Unido, no han sido capaces de garantizar la seguridad y la convivencia pacifica, durante los últimos años, donde el deterioro social y de respeto a la ley y el orden se ha rebajado hasta límites que una «chispa» muy grave como el asesinato de tres niñas en la ciudad de Southport, ha originado una ola de disturbios y enfrentamientos.
Sólo, desde el respeto a ley se puede convivir en una sociedad tan multicultural con la británica, pero cualquier imposición será un fracaso.
La multiculturalidad, es buena si se respeta la ley, las tradiciones y la forma de vida de la poblaciones; sin embargo tratar de imponer retrocesos y mucho menos tratar de cambiar las formas de vida, llevará inexorablemente al enfrentamiento entre culturas y religiones.
Europa entera, y su políticos está en una encrucijada: Por un lado mantener el orden y el respeto a la ley y por otro, regular la inmigración y hacer ver, que sólo desde el respeto a los valores comunes de occidente y sobre todo a las leyes que nos hemos dado, será posible una convivencia armónica.
Querer dejar todo, en que los incidentes los crean extremistas de un signo, es no querer entrar en el fondo de la cuestión, y que por cierto molesta tanto a la inmensa mayoría de la clase política, como es el abordar en serio los problemas de fondo.
La inmigración tiene que realizarse de forma controlada y bajo la premisa del bien común y del respeto a las leyes de los países a los se emigra; lo contrario, es crear un grave problema por el riesgo de choque de culturas tan distantes y distintas.