Se podría hablar de la caída de un imperio, pero nunca hay que alegrarse del mal ajeno, por mucho que como es el caso, en algunos aspectos pudiera tenerlo merecido por tanta soberbia y prepotencia.
Me refiero a la situación de las acciones del grupo Prisa, que actualmente siguen bajando, por lo que la compañía tiene un valor según publica Vozpopuli de 210 millones de euros, bastante menos que lo que invirtió su actual presidente Joseph Oughourlian-300 millones para llegar al 29,7 por ciento del capital a través de Amber, en concreto actualmente el 29,7 por ciento del capital tendría ahora un valor en bolsa de 63,8 millones de euros.
En los últimos seis meses, según recoge Vozpopuli el precio de las acciones de la dueña del diario El País y la Cadena Ser, ha caído un 47 por ciento y desde el inicio del año en un 51,5 por ciento.
La deuda financiera del grupo a final de septiembre era de 915 millones de euros, es decir 4,3 veces superior al valor total del grupo.
Con esta situación la ampliación de capital es fundamental, pero se encuentra con el obstáculo de los permisos del Gobierno que parecen parar todo intento de inversión de grupos que no sean ideológicamente favorables a sus intereses.
Los próximo días o semanas serán decisivos en la forma en que se implementa una solución de lo que fue un imperio y ahora se ha convertido en un problema.
La economía no es muy compatible con la política en algunos casos.
