La sociedad española, está asimilando de manera muy peligrosa, la mentira y el escándalo político.
Los ciudadanos, quizás aburridos de la clase política, quizás anestesiados informativamente por unos medios de comunicación cada vez menos plurales y creíbles, son incapaces de decir basta a la crispación política, al esperpento legislativo, y a la deriva autoritaria que invade nuestras vidas.
Estamos ante un futuro económico, muy peligroso, con una deuda pública descontrolada y que ante cualquier contratiempo en materia económica, nos puede llevar al abismo.
La oposición, debiera de estar mañana, tarde y noche avisando de los riesgos que nos acechan y sin embargo, nos encontramos con una respuesta débil y sin presentar ideas claras a los ciudadanos para salir de este marasmo.
No hay Gobierno, pero tampoco el principal partido de la oposición parece esforzarse en dar ideas y soluciones y mucho menos, presentar la batalla de las ideas, sólo lo hace la señora Ayuso, los dirigentes nacionales por su parte de perfil.
Así pues, el futuro de este país es oscuro, porque los dirigentes políticos, en su inmensa mayoría, han devaluado la democracia, olvidándose de pensar en los ciudadanos, para sólo pensar en sus intereses.