Lo sucedido días pasados en Brasilia, donde por una multitud fueron tomadas diferentes instituciones del país, no tiene ningún tipo de justificación, es más, una barbarie que una protesta democrática, quedando fuera de toda duda que es un acto deplorable y por supuesto ilegítimo.
Por lo tanto, cualquier discusión al respecto no tiene sentido. Lo que sí tiene sentido, es denunciar el fariseísmo, a izquierda y derecha al respecto y rasgarse las vestiduras, cuando en España se produjo todo un intento de golpe de estado, en Cataluña, destrozando la Consejería de Hacienda, los coches de la Guardía civil que quedaron inservibles y una Secretaria Judicial, que tuvo que escapar la azotea, para no sufrir daño alguno, podemos recordar las imágenes de una multitud bloqueando la terminal principal del aeropuerto del Prat, la persecución a la Guardía Civil y Policía, con un tratamiento más parecido al apartheid, donde no se les daba posada alguna.
Para las personas de memoria fácil, podemos recordar la quema de Iglesias y edificios en los últimos meses de la Presidencia de Sebastián Piñera en Chile, bloqueando el país
Es decir, cuando la ultra izquierda actúa, todo es democrático y maravilloso, como ocurre en Nicaragua, donde el golpe de estado es permanente con persecuciones tremendas y desapariciones.
Los medios internacionales, casi todos, compran el mensaje falso de las terminales globalistas interesadas en el control social y sobre todo en la creación de gobiernos «títeres».
Los sistemas democráticos, están hoy más amenazados por la falta de libertad y de una auténtica libertad de expresión, que por supuestos grupos de otro tipo, que muchas veces son sólo producto de las ansias de libertad y verdad, de una parte cada vez mayor de la población, que ve como cada día se cercenan más las libertades y derechos, con falsas promesas y mentiras.
En realidad es un fracaso de los dirigentes, cada vez con más tendencias totalitarias.