En las recientes Elecciones al Parlamento Europeo, que el Partido Popular haya sido el vencedor, que Vox haya duplicando su número de escaños, así como la aparición de Alvise Pérez, ha sido un duro golpe para los intereses de Pedro Sánchez, por mucho que los medios “palmeros” traten de disimularlo.
Dicho esto, sin embargo, es muy preocupante que un país con tantos problemas, con tantos síntomas de corrupción, siga votando hasta con un treinta por ciento al partido del señor Sánchez, que por cierto, en nada se parece ya a la socialdemocracia.
Con la ayuda de los medios de comunicación “amigos” y con una sociedad que pierde valores a raudales, no parece haber margen para el voto meditado y capaz de cambiar.
La victoria clara, por cuatro puntos, del Partido Popular político, es infalible, y mucho menos se puede hacer una especie de “religión” en el seguimiento de sus líderes, sea a derecha o a izquierda, pero eso parece demasiado para una sociedad agotada, pendiente del hoy y no del mañana y cada vez menos responsable.
España, está en una gran encrucijada moral y política, pero si no se combate la enfermedad moral, tampoco se solucionará la política, por eso es importante la defensa de ideas y valores y no utilizar la política como si fuera un mero marketing comercial.
El PP, debe de velar en Europa, si no quiere perder credibilidad, que la señora Von Der Leyen, no continue y haga lo que quiera, pactando con los que han llevado a Europa a la situación actual.
No se puede estar criticando a Sánchez en España y tener que “tragar” en Europa, las políticas “descabelladas” en materia agrícola y climática.
Europa ha votado muy claramente en una dirección y no se puede hurtar la voluntad popular de manera descarada, sería un viaje hacía el fin de la UE a medio plazo.