Esta noche es Nochebuena y mañana Navidad, por mucho que algunos quieran, negar que el nacimiento de Jesús, cambio la historia del mundo y también la forma de ver la vida, es algo absurdo.
Debiéramos reflexionar aprovechando estos días, para pensar, para meditar.
La sociedad de hoy, vive como “pollo sin cabeza”, a una velocidad de vértigo, sin pensar de donde venimos y a donde vamos y si hacemos el bien o nos plegamos al pecado y al mal.
Un pecado, cuyo máximo exponente en estos tiempos es la mentira, una especie de “droga” que se ha instalado en nuestra sociedad para huir de lo autentico y no enfrentarse a las diferentes situaciones de la vida.
La mentira parece estar en pleno proceso de “homologación”, lo que supone un autentico desastre social colectivo, porque esta íntimamente unido al relativismo, es decir, una especie de egoísmo particular que juzga y actúa según interese en cada momento y no en relación a la verdad.
Pero a pesar de todo, esta noche es Nochebuena y quiero pedir los creyentes que recen una pequeña oración en torno a su mesa y a los no creyentes, que tengan un pensamiento intimo de recuerdo hacia los familiares que ya no están y un recuerdo en su corazón en la búsqueda de Dios, que también les quiere.
Si es Navidad, a pesar del afán consumista y del miedo que nos quieren meter con la la dichosa pandemia, sean prudentes, pero tengan confianza en el Señor, no vivan agobiados ni temerosos, los cristianos no podemos actuar así, lo que no debe de significar ser irresponsables.
¡FELIZ NAVIDAD!
