«Cuerpo a tierra que vienen los nuestros», la frase es del que fuera un sobresaliente Ministro en el Gobierno de UCD, Pio Cabanillas, cuando aquella formación pasaba uno de sus peores momentos.
Algo parecido, aunque de mucha menos importancia, ha sucedido con el nuevo calendario laboral de Cantabria, que vuelve a lo de siempre en las últimas décadas de gobierno anteriores: a no considerar la festividad de Santiago Apóstol fiesta en la Comunidad.
Santiago Apóstol, Patrono de España, transmisor de la fe a la península ibérica, con arraigo especial en muchos pueblos, ciudades, entre ellas en Santander, capital de Cantabria, no merece ser festivo y se cambia por el Día de las Instituciones en Puente San Miguel. Nada tengo contra celebrar ese día, todo lo contrario, pero dicho con el máximo respeto, se pueden celebrar los actos, sin necesidad de que sea día festivo.
Con la decisión tomada, sólo se consigue que en realidad se paralice mucho más la actividad, porque al ser fiesta local en Santander, la actividad administrativa y de servicios de la región se paraliza y también en los numerosos ayuntamientos donde se tiene a Santiago Apóstol como Patrón.
La petición de la señora alcaldesa de Santander, no ha sido atendida y así todo sigue igual que antes, como si no hubiéramos votado.
Se parece a una orquesta, que siempre tiene el mismo repertorio.
Así parecemos «progresistas» y nadie de la oposición se enfada, todo muy cómodo para seguir «tirando».
