Cuanta maldad, cuanto engaño. La mayoría de los soldados rusos, son muy jóvenes y la mayoría supongo sin experiencia alguna.
Van a la guerra como si fuera a un “matadero” en lo mejor de su vida, mientras los dirigentes juegan sobre el tablero y tapan sus inmundicias.
Por el lado de Ucrania, otro tanto, jóvenes muy jóvenes, eso si con una diferencia, tratan de defender su nación, sus derechos y al menos sus dirigentes están dando la cara y no han huido por el momento.
El ser humano, se convierte en enemigo de si mismo, se pierde el raciocinio de forma muy fácil y se alientan los sentimientos más oscuros por parte de los interesados, mientras, otros se enriquecen y prosperan con sus estrategias.
Circula por la red una frase del piloto alemán en la II Guerra Mundial, Erich Hartmann: “la guerra es un lugar donde lo jóvenes que no se conocen y no se odian se matan entre si, por la decisión de viejos que se conocen y se odian, pero no se matan”.
El resto del mundo contempla atónito y sin reaccionar, como mueren personas inocentes y nadie hace nada, como los medios de comunicación hacen un espectáculo de todo y como se miente de forma continua.
Es la historia de la humanidad y el gran misterio del ser humano en su pecado original, capaz de amar y de odiar, capaz de razonar y al mismo tiempo ser irracional, es la lucha del bien contra el mal, de la vida contra la muerte, de la verdad contra la mentira, del egoísmo contra la generosidad.