El recurso presentado por VOX ante el Tribunal Constitucional, contra la ley que permite a las jóvenes menores de 16 años de abortar sin la autorización de sus padres, fue rechazado y se da validez a una norma realmente «macabra» y contra todo sentido y humanidad.
Me pregunto, si los señores magistrados del Tribunal Constitucional, no son padres o abuelos y realmente también me pregunto, si tienen corazón y sentimientos.
Una sociedad que admite sin «rechistar» este tipo de decisiones es una sociedad enferma.
No es fácil entrar en la conciencia de las personas, pero desde luego, el aborto no es ningún derecho, es un fracaso y un desastre social, que deja tremendas secuelas.
La creativa interpretación de la Constitución, por parte de los señores que han otorgado los siete votos a favor de tal «desastre», empieza a sobrepasar el límite de lo racional y más parecen dar la sensación, de que en vez de ser un Tribunal, con sensación y apariencia de imparcialidad, más parezca ser una terminal obediente del Gobierno.
Se está manipulando la Constitución, a través de una especie de reforma que hacen los señores magistrados a través de su opinión personal.
Estamos en España, en un momento de suma gravedad, los ciudadanos indefensos y el poder «arrasando» todo principio ético, moral y de sentido común. ¿Hasta cuando estamos dispuestos a soportarlo?.