Ayer, el portavoz del Consejo Nacional de Seguridad Nacional de Estados Unidos,, John Kirby, se quedó “mudo” durante una rueda de prensa en la Casa Blanca, cuando el periodista del NEW YORK TIMES, Steven Nelson, le preguntó a “quemarropa”, si el Presidente Joe Biden, era corrupto.
Aunque los medios en España lo ocultan en su mayoría, Biden, y su familia, esta siendo investigado por el Comité de Supervisión de la Cámaras, debido a sus negocios o de su familia con China, transferencias supuestamente opacas de sus familiares directos y parece ser que también del propio presidente.
Pocos minutos antes, en Madrid, ante los Diputados y Senadores Socialistas, Pedro Sánchez, decía que había que elegir entre los amigos de Biden y Lula Da Silva o de Trump y Bolsonaro.
De Biden, se puede contar mil y un historias, además de su incapacidad, se puede hablar de su actual popularidad, la más baja de ningún Presidente de Estados Unidos a estas alturas de mandato, junto con Jimy Carter.
Los casos de corrupción que se están investigando, son de tal calado, que le llevaría a la dimisión.
De Lula, que decir, un personaje con casos de corrupción a sus espaldas de cientos de millones de dólares, que le llevaron a la cárcel y que en unas elecciones llenas de sospechas le llevaron a la Presidencia de Brasil, por un muy pequeño margen de votos.
Este personaje, ayer, recibía en Brasil a un “sátrapa” como Maduro, el dirigente de un país “hundido” e investigado nada menos que por crímenes de lesa humanidad.
Son dos ejemplos de los amigos del señor Sánchez, como amigos así, para que queremos enemigos.
