El miedo, se ha convertido en una de la armas más efectivas de los gobiernos de medio mundo y por supuesto de Europa.
El miedo, generado durante la pandemia de COVID, ha sido fruto del mal funcionamiento de los diferentes sistemas sanitarios y de la sobre-información de lo medios de comunicación, con noticias falsas o exageradas.
Como resultado, tenemos una sociedad muy temerosa, mal informada y con muchas más enfermedades mentales y efectos psicológicos nocivos.
El miedo exagerado, tiene siempre un objetivo paralizante, de dominio, y de control.
Ahora tenemos otro miedo, el miedo a la guerra y a la guerra nuclear.
Es obvio que los seres humanos tenemos miedos naturales a lo desconocido, pero cuando el miedo es irracional siempre hay detrás un objetivo de control social.
Estamos viendo, las tremendas deficiencias tecnológicas, de material y de tropa del ejercito ruso, nadie en su sano juicio puede creerse que el ejercito ruso, pueda en la actualidad invadir países de la OTAN.
Estamos viendo, las tremendas dificultades que tiene en Ucrania, como para invadir el resto de Europa.
Sin embargo, los medios occidentales, han creado pánico con esa posibilidad, absolutamente descabellada hoy por hoy.
Obviamente Rusia, al ser un país con fuerza nuclear puede crear un caos, pero tal caos le afectaría de tal forma que parece inasumible.
No se trata de quitar gravedad a la invasión ilegal y criminal de Rusia a Ucrania, en absoluto, pero si de situar las cosas en su justo sitio y no manipular ni exagerar con fines desconocidos que tanto daño hacen a la sociedad.
Les dejó, la siguiente pregunta: ¿A quién beneficia el miedo?.
