Otra jornada más en los Campos de Sport del Sardinero donde el Racing sigue sin ofrecer una victoria a sus aficionados, tras empatar sin goles frente al Málaga, en un duelo de colistas, que al conjunto de Guillermo Fernández Romo, no le sirve de mucho y que le mantiene en puestos de descenso.
El partido comenzó como lo hace el Racing desde el inicio de la liga, es decir presionando la salida de balón del rival con la intención de robar cerca del área contraria, mientras que el Málaga, con mayor calidad técnica intentaba salir con el esférico controlado desde atrás.
No había un control claro por parte de ninguno de los dos equipos, con algunas pérdidas de balón que no terminaba de que se viera un juego hilvanado por parte ni del Racing, ni de los malaguistas.
A los trece minutos de esta primera mitad llegaba una jugada polémica donde el Málaga reclamó un posible penalti por una caída de Rubén Castro ante Mantilla dentro del área, que ni el árbitro ni el VAR consideraron que había nada.
Había ritmo en el juego de ambos equipos que alternaban el control del juego con llegadas a las áreas respectivas aunque sin ser demasiado claras como para que el balón pudiera llegar al fondo de la portería.
La ocasión más clara iba a llegar de los pies de Pombo, en el minuto 43 con una lanzamiento de una falta en la frontal del área, cometida sobre el mismo, que se encontró con el palo izquierdo de la portería de Reina.
No dio mucho más de si esta primera mitad que concluía como había comenzado el partido, es decir sin goles y con el empate en el electrónico y con un Racing que se quedaba sin Sekou, que se iba lesionado a los 25 minutos, tras errar en un remate a portería.
No varió mucho la tónica del partido en el inicio de la segunda mitad con el mismo roll por parte de ambos equipos. A medida que iba avanzando este segundo periodo, el Racing se hacía con el control del juego robando en campo contrario y llegando con cierto peligro al área de un Málaga que se mostraba seguro en defensa.
El conjunto de Pepe Mel intentaba reaccionar a la presión de los jugadores verdiblancos, con un mayor control del balón en posesión, aunque con ciertas imprecisiones que propiciaban que el Racing intentara sorprender con robos de balón y salidas con velocidad.
Mediada la segunda parte llegaron los mejores momentos para un Málaga que comenzó a dominar el partido y a encerrar a Racing en su campo, llegando a generar inquietud en el área de Parera aunque sin que se materializara en ocasiones claras de gol.
Los últimos minutos del partido se transformaron en un auténtico vaivén de la pelota en ambas áreas y a punto estuvo el Málaga de marcar en un balón colgado al área racinguista que falló en su salida Parera, que final fue despejado por la defensa. No dio para más el partido que concluyó con el empate inicial y reparto de puntos.