De inmerecido se puede calificar el empate cosechado pro el Racing en el campo del Tarazona, donde llegó a ir perdiendo 2-0 y que gracias a la calidad de sus jugadores logró igualar la contienda en un partido donde el conjunto local pudo haber ganado de manera holgada si llega a acertar las innumerables ocasiones de gol de las que dispuso.
La primera parte fue un auténtico desastre tanto técnico como de actitud del Racing que salió al campo del Tarazona como si estuviera jugando un partido amistoso donde no se jugaba nada, con un equipo que no existía sobre el terreno de juego ante un rival que a priori era bastante más flojo en todos los aspectos que el cuadro que mal dirige Aritz Solabarrieta.
Un Racing deslabazado, sin ideas, jugando a equipo pequeño cediendo el balón al rival y sin capacidad de robarlo para al menos salir a la contra. Y así en el minuto 18 llegaba el primer tanto del Tarazona, a la salida de una falta marcaba Santigosa.
El tanto hacía justicia a lo visto durante esos minutos en el terreno de juego, que además veía como en el minuto treinta de esta primera mitad, Sokó se lesionaba y tenía que abandonar el terreno de juego entrando en su lugar Traver.
Cuatro minutos más tarde, en el 34, llegaba el segundo tanto del Tarazona, en un error defensivo de Mantilla, que Ballorín en el mano a mano con Lucas, no perdonaba subiendo el 2-0 en el marcador.

A punto de llegar al final de los primeros cuarenta y cinco minutos y tras haber podido incrementar su renta el conjunto local, Cédric conseguía recortar diferencias, anotando el 2-1 en el marcador, un gola a todas luces inmerecido para el Racing que de esta forma llegaba al final de los primeros 45 minutos.
En segunda parte de inicio Solabarrieta daba entrada a Capanni por Isma López, pero poco cambió tras lo visto en la primera parte con un Racing que seguía sin saber que estaba jugando por conseguir tres puntos vitales para estar la próxima temporada en la máxima categoría de Segunda B.
A los nueve minutos re reanudado el encuentro entraban Cejudo y Oscar Gil, por Torre y Ceballos para intentar cambiar el panorama que se estaba viendo en el terreno de juego donde lucas Díaz esta resultando el mejor del Racing evitando que el Tarazona hubiera marcado dos goles más como mínimo.
El desastre técnico-táctico de Solabarrieta se hacía una vez más palpable, con cambios de sistema de juego sobre la marcha y sin que el equipo tuviera idea a qué estaba jugando.
Pero el fútbol es así de caprichoso, cuando el Racing era un auténtico desastre, un lanzamiento desde lejos de Nana, se colaba en la portería local para lograr, sin merecerlo, empatar el partido en el minuto 60.
El físico empezaba a pasar factura al conjunto aragonés pero aún así, seguía disponiendo de las ocasiones más claras, como la de un lanzamiento al larguero que a punto estuvo de ser el tercero para los locales, en un partido sin orden, ni sistema que se buscaba resolver en una jugada individual.
El Tarazona seguían siendo el que disponía de las mejores ocasiones para haber conseguido el tercero mientras el Racing seguía sin saber a qué jugar y como jugar fiándolo todo a la calidad de sus jugadores, en un partido que en su recta final se estaba jugando en el área racinguista.
La recta final del partido resultó un auténtico calvario para el Racing viendo como el Tarazona ponía cerco a la portería racinguista con innumerables ocasiones para los aragoneses que unas veces por Lucas Díaz y otras por la falta de puntería local no conseguían anotar el gol y que veían como se llegaba al final del encuentro con el inmerecido empate del conjunto racinguista.